¿Cómo sabes si un suplemento nutricional para tus vacas realmente funciona?

Comparar los resultados de producción anteriores y actuales, así como las enfermedades después de usar un suplemento nutricional es la forma más obvia de evaluar el efecto beneficioso de un producto. Desafortunadamente, no siempre es fácil recopilar los datos correctos o analizar los datos obtenidos en detalle.

Datos de granja

Las cosas se vuelven aún más complicadas cuando el número de vacas que se evalúan para la eficacia de un producto es bajo. Supongamos que tenemos una granja con 100 vacas donde el 12% de las vacas conservan su placenta. Esta granja utiliza un suplemento alimenticio que afirma reducir esta frecuencia en (en promedio) un 20%. Esto significaría que anualmente se observan 2,4 casos menos. Suponiendo un patrón de parto completamente plano en la granja, llevaría (de media) seis meses antes de que solo se observe un caso menos. Hay que tener en cuenta que estamos utilizando promedios aquí.

Además del tamaño de la granja, hay otros factores que dificultan la evaluación precisa de un producto. Las variaciones en la producción y la salud, causadas por patrones climáticos fluctuantes, estaciones y la limitada disponibilidad de datos (precisos), son ejemplos.

Esta evaluación se vuelve aún más difícil cuando los efectos previstos de un producto pueden ser comparables a la variación natural diaria en la producción de leche, el consumo de alimento y la actividad de los animales. Esto no significa que los beneficios de un producto sean insignificantes, sino que la variación diaria en la producción y la salud en la práctica es mucho mayor. Por ejemplo, la variación diaria en el contenido de materia seca (MS) del ensilado de maíz (un factor clave que tendrá enormes consecuencias para la producción y la salud) puede oscilar entre el 5,1 % y el 10,4 % (Weiss y St-Pierre, 2012).

La investigación científica como prueba

Los ensayos de campo en granjas lecheras suelen arrojar datos de calidad y fiabilidad inferiores, por todas las razones mencionadas anteriormente. Por lo tanto, primero debemos tener en cuenta la investigación científica realizada con un producto. Podría parecer más lógico que solo los datos de la propia granja sean relevantes, pero solo en la investigación científica se excluyen las incertidumbres mencionadas anteriormente. La investigación científica puede ayudarnos a evaluar objetivamente los beneficios de un producto. Desgraciadamente, esto suele ser más difícil de lo que parece.

Al evaluar la investigación científica, debe asegurarse de que realmente se aplica a la situación actual y a la suya. ¿El producto que se está estudiando es exactamente el mismo que el que ofrece su empresa? ¿El objetivo del estudio era el mismo que el suyo y la dosis utilizada en el estudio es la misma que la dosis recomendada?

Más allá de estas preguntas básicas esenciales, la evaluación de la investigación científica sigue siendo un reto, que a menudo da lugar a malentendidos a la hora de evaluar los resultados. A continuación, se presentan algunos de los conceptos erróneos más comunes:

• "Solo la investigación local es significativa": esto depende en gran medida del objetivo de la investigación. Por ejemplo, si evaluamos el valor nutricional de un cultivo, es probable que esto dependa de las características de una región en particular: suelo, clima, ración básica, etc. Para hacer afirmaciones significativas sobre los efectos o beneficios de ese cultivo, es necesario evaluar a nivel regional. Por otro lado, otros factores que afectan más específicamente al organismo de la vaca se beneficiarán mucho menos de la investigación en una región específica. Algunos ejemplos son el efecto de un tampón ruminal o un producto aniónico.
• “Las pruebas de investigación en granja son de mejor calidad que los ensayos de campo": también en este caso, la validez de esta suposición depende de varios factores. Por ejemplo, no siempre es posible obtener datos fiables de las condiciones altamente controladas, pero normalmente a pequeña escala, de las granjas de investigación. Los comportamientos que requieren el estudio de un gran número de animales con un grado de precisión aceptable (como los rasgos de fertilidad) solo pueden estudiarse en condiciones de campo. En resumen, los estudios bien planificados que incluyen animales de múltiples granjas comerciales proporcionan un modelo de investigación bueno y fiable que actualmente está infrautilizado por nuestro sector.
• "El valor P debe ser inferior a 0,05": cuando se habla de estadísticas y fiabilidad de la investigación, el "valor P" nos indica la probabilidad de que una diferencia entre dos medias sea aleatoria (P = 0,05 significa que hay un 5 % de posibilidades de que la diferencia sea aleatoria) o el grado de confianza que podemos tener en un resultado de investigación o un hallazgo experimental. Cuanto más se acerque el valor P a 0, menos probable será que la diferencia sea aleatoria y más probable que la diferencia entre los dos grupos se deba al producto que se está probando. Entonces, ¿qué importancia tiene la diferencia entre un valor P de 0,04 y 0,06 a la hora de evaluar la eficacia de un producto? P < 0,05 es el valor "estándar" en estadística, pero no existe un estándar de referencia. Por ejemplo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (panel FEEDAP de la EFSA, 2018) utiliza el umbral de P < 0,10 para la seguridad alimentaria al registrar los complementos alimenticios.

Además, una diferencia "estadísticamente significativa" no significa automáticamente que sea "biológicamente relevante".

Ver y valorar

En resumen, ¿cómo se puede saber si un complemento nutricional funciona para sus vacas?

1. Revise sus propios resultados con el mayor detalle posible, pero sea consciente de las limitaciones de esta práctica.
2. Revise cuidadosamente los resultados de las investigaciones publicadas disponibles sobre el producto. Preste especial atención a si la aplicación, la dosis y la composición del producto son coherentes con el propósito previsto y el producto que se va a administrar.

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Referencias

• Weiss, B. y St-Pierre, N. 2012. Intentando dar sentido a los datos sobre la composición de los piensos: variación dentro de la explotación. En: Actas de la Conferencia sobre Nutrición de Rumiantes del Medio Sur, 33-44. Grapevine, Texas, EE. UU.
• Panel FEEDAP de la EFSA. 2018. Orientaciones sobre la evaluación de la eficacia de los aditivos para piensos. Diario de la EFSA 16: 5274.